Niveles del Magisterio, Catecismo y fieles | Teología

Entrega de las llaves a San Pedro
Fresco
1481/2, Pietro Perugino

¿Qué sostiene el Catecismo sobre el magisterio?
El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo, según el Catecismo, cuando propone al pueblo de Cristo una verdad contenida en la Revelación divina o verdades relacionadas con éstas, y a eso llama dogma, tal pueblo cristiano se ve obligado a una adhesión irrevocable de fe.


En el Catecismo queda clara también la limitación del Magisterio indicando que “no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído” (DV 10). El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiado únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él.
Específicamente, en el capítulo “Vida moral y Magisterio de la Iglesia” se indica que “compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas”.
El magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y en la predicación, con la ayuda de las obras de los teólogos y de los autores espirituales. El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de esperar.
La misión del Magisterio está ligada al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que libera (Catecismo 890).

¿Cuáles son los niveles del magisterio? El primeros es una definición infalible del Papa, ¿los otros?
Cuatro niveles de jerarquía son los que están presentes en el Magisterio:
(1)    Una definición infalible del Papa: “El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... (Catecismo 891)
(2)    La enseñanza del magisterio episcopal en comunión con el Papa: “La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro”, sobre todo en un Concilio ecuménico. Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar “como revelado por Dios para ser creído” y como enseñanza de Cristo, “hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe”. Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (Catecismo 891)
(3)    El magisterio ordinario del Papa, cuando este expresamente ejerce un juicio definitivo en materia de fe o moral que era antes debatida: En ese caso lo que el Papa enseña está amparado por las promesas de Cristo en Lc. 10:16 y por lo tanto es infalible porque su promesa no puede fallar. Estos juicios definitivos pueden darse en una encíclica u otro tipo de documento pontificio.
(4)    Pronunciamientos que no son infalibles. No requieren el asentimiento de la fe pero sí una sumisión religiosa de la voluntad y del entendimiento: Prohíbe que se contradigan estas enseñanzas públicamente. También requiere asentimiento de la mente, aunque no requiere el asentimiento de la fe.

Lectura de la Lumen Gentium, 25 qué le corresponde a los fieles:
En Lumen Gentium se exhorta a los fieles, al pueblo de Cristo, a respetar las enseñanzas del Magisterio: Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte, en materia de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto. Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo.


Marcelo J. Silvera
🌐@MarceloJSilvera

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