Método socrático (mayéutica) | Introducción a la filosofía

Momentos del método socrático que se dejan ver en el diálogo “Critón” escrito por Platón

Los momentos de la mayéutica podrían dividirse en cinco: la duda o pregunta que será objeto del pensamiento en formato de diálogo; primera respuesta (puesta en duda o refutada por el maestro); debate sobre el tema (generando confusión en el interlocutor sobre el conocimiento que se creía tener sobre el mismo); elevación progresiva de las definiciones (generales y precisas) de la cuestión; conocimiento (preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga). Aunque Adolfo Carpio, en Principios de la filosofía (p. 66-75) , resalta solamente dos momentos importantes del método, y en ese camino continuaré mi respuesta.


En el diálogo con Critón, Sócrates utiliza principalmente el segundo momento de su método, la mayéutica; aunque también el primer momento, la refutación, por ejemplo cuando reconoce estar preocupado por el destino que correrá Critón si le ayudase a salir de la cárcel, pero inmediatamente después le indica que no sería recto. Luego, busca que su amigo, quien se postula como salvador y le ofrece la huida de su pena de muerte, encuentre la respuesta por sí solo guiado por las preguntas. Sócrates co-filosofa así con Critón hasta llegar a la conclusión de que escapar de la muerte dictaminada por la Justicia es un acto de injusticia, y ello va contra los principios y la virtud que han enarbolado por años.
 

Sócrates no renuncia a utilizar su método ni siquiera ante los tribunales ¿Cuáles son los pasos del método que utiliza antes de su muerte? 

Acudiendo a la lectura de Platón, Sócrates tras oír las acusaciones, comienza por refutar:
(…) dicen ellos, soy hábil para hablar. En efecto, no
sentir vergüenza de que inmediatamente les voy a
contradecir con la realidad cuando de ningún modo me
muestre hábil para hablar, eso me ha parecido en ellos lo
más falto de vergüenza, si no es que acaso éstos llaman
hábil para hablar al que dice la verdad. Pues, si es eso lo
que dicen, yo estaría de acuerdo en que soy orador, pero
no al modo de ellos”
(Apología de Sócrates).
Y a lo largo de su defensa, o en realidad de su exposición ya que poco hace para defenderse o intentar evitar la pena de muerte, va resumiendo los conceptos vertidos sobre él durante muchos años y les da la forma de una acusación. Burdas ideas, que son recogidas bien entre los ignorantes. Refutará aquello de lo que se le acusa, pero no se observa (o no observo) que utilice la mayéutica (ya que esta requiere del diálogo y ante el tribunal solo puede exponer su defensa) para intentar convencer al jurado de su inocencia, más bien acepta la pena bajo la ética ya que siempre abogó por la justicia y la verdad, no hará más que hacer honor a sus convicciones.
En definitiva, creo, está demostrando que su método es inalterable (así como la virtud), incluso si su propia vida depende de ello.
 

¿En qué consiste el “intelectualismo moral” de Sócrates?

El intelectualismo moral identifica conocimiento y virtud; para actuar correctamente hay que conocer lo justo, y todo aquel que conoce lo justo obra correctamente según Sócrates. [Gianini, Humberto (coord). Historia de la filosofía antigua (1997). Calvo Martínez, Tomás. Sócrates. Madrid: Trotta p 125]
 

¿Qué es el conocimiento para Platón? ¿cómo conocemos?

Platón distingue dos modos de realidad, una, a la que llama inteligible, y otra a la que llama sensible. La realidad inteligible, a la que denomina "Idea", tiene las características de ser inmaterial, eterna, (ingenerada e indestructible, pues), siendo, por lo tanto, ajena al cambio, y constituye el modelo o arquetipo de la otra realidad. La primera forma de realidad, constituida por las Ideas, representaría el verdadero ser, sólo la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento. El objetivo del conocimiento científico será encontrar una definición inequívoca al saber de todas las cosas, así para definir a un triángulo no podremos decir que es “una figura de tres lados iguales” de eliminaría al isósceles o al escaleno, sino “una figura de tres lados”, el universal de los triángulos.
 

Glosario aristotélico:

Accidente: se dice de lo que se encuentra en un ser y puede afirmarse con verdad, pero que no es, sin embargo, ni necesario ni ordinario. Ej, una vaca negra, el color es accidente, el ser es vaca independiente del color.
Ser: se entiende de lo que es accidentalmente o de lo que es en sí. Ejemplo de ser accidental: un hombre arquitecto, no es ser por ser arquitecto, es arquitecto accidentalmente, y el hombre no puede ser definido como tal por ser o no arquitecto.
El ser en sí tiene tantas acepciones como categorías hay, porque tantas cuantas se distingan, otras tantas son las significaciones dadas al ser. Ahora bien, entre las cosas que abrazan las categorías, unas son esencias, otras cualidades, otras designan la cantidad, otras la relación, otras la acción ό la pasión, otras el lugar, otras el tiempo: el ser se toma en el mismo sentido que cada uno de estos modos. En efecto, no hay ninguna diferencia entre estas expresiones: el hombre es convaleciente y el hombre convalece; o entre estas: el hombre es andante y el hombre anda. Lo mismo sucede en todos los demás casos.
Naturaleza: se dice en primer lugar de la generación de todo aquello que crece, por ejemplo, cuando se pronuncia larga la primera sílaba de la palabra griega; luego la materia intrínseca de donde proviene lo que nace; y además el principio del primer movimiento en todo ser físico, principio interno y unido a la esencia. Y se llama crecimiento natural de un ser, el aumento que recibe de otro ser, ya por su adjunción, ya por su conexión, ya, como los embriones, por su adherencia con este ser.
Causa: la materia de que una cosa se hace: el bronce es la causa de la estatua, la plata de la copa; la forma y el modelo, así como sus géneros, es decir, la noción de la esencia: la causa de la octava es la relación de dos a uno, y, en general, el número y las partes que entran en la definición de la octava. También se llama causa al primer principio del cambio o del reposo. El que da un consejo es una causa, y el padre es causa del hijo; y en general, aquello que hace es causa de lo hecho, y lo que imprime el cambio lo es de lo que experimenta el cambio. La causa es también el fin, y entiendo por esto aquello en vista de lo que se hace una cosa. La salud es causa del paseo. ¿Por qué se pasea? Para mantenerse uno sano, respondemos nosotros; y al hablar de esta manera, creemos haber dicho la causa. Por ultimo, se llaman causas todos los intermedios entre el motor y el objeto. La maceración, por ejemplo, la purgación, los remedios, los instrumentos del médico, son causas de la salud; porque todos estos medios se emplean en vista del fin.
Sustancia: se dice de los cuerpos simples, tales como la tierra, el fuego, el agua y todas las cosas análogas; y en general, de los cuerpos, así como de los animales, de los seres divinos que tienen cuerpo, y de las partes de estos cuerpos. La palabra sustancia tiene dos acepciones: o designa el último sujeto, el que no es atributo de ningún ser, o el ser determinado, pero independiente del sujeto, es decir, la forma y la figura de cada ser.
Elemento: Se llama a la materia primera que entra en la composición, y que no puede ser dividida en partes heterogéneas; así los elementos del sonido son lo que constituye el sonido, y las últimas partes en que se le divide, partes que no se pueden dividir en otros sonidos de una especie diferente de la suya propia. Si se dividiesen, sus partes serian de la misma especie que ellas mismas: una partícula de agua, por ejemplo, es agua; pero una parte de una sílaba no es una sílaba.
Cualidad: es en primer lugar la diferencia que distingue la esencia; y así el hombre es un animal que tiene tal cualidad, porque es bípedo; el caballo, porque es cuadrúpedo. El círculo es una figura que tiene también tal cualidad: no tiene ángulos. En este sentido, por tanto, cualidad significa la diferencia que distingue la esencia. Cualidad puede decirse igualmente de los seres inmóviles y de los seres matemáticos, de los números, por ejemplo.
Estado (hábito): en un sentido significa la actividad o la pasividad en acto; por ejemplo, la acción o el movimiento; porque entre el ser que hace y el que padece, hay siempre acción. Entre el ser que viste un traje y el traje vestido, hay siempre un intermedio, el vestir el traje. Evidentemente el vestir el traje no puede ser el estado del traje vestido; porque se iría así hasta el infinito, si se dijese que el estado es el estado de un estado.  
En otro sentido, el estado se toma por disposición, situación buena o mala de un ser, ya en sí, ya con relación a otro. Así la salud es un estado, porque es una disposición particular. Estado se aplica también a las diferentes partes, cuyo conjunto constituye la disposición; en este sentido, la fuerza o la debilidad de los miembros es un estado de los miembros.
Principio: se dice en primer lugar del punto de partida de la cosa; como el principio de la línea, del viaje. En uno de los extremos reside este principio, correspondiendo con él otro principio al extremo opuesto. Principio se dice también de aquello mediante lo que puede hacerse mejor una cosa; por ejemplo, el principio de una ciencia. En efecto, no siempre hay precisión de empezar por la noción primera y el comienzo de la ciencia, sino por lo que puede facilitar el estudio.
Perfecto: se dice por de pronto de aquello que contiene en sí todo, y fuera de lo que no hay nada, ni una sola parte. Así, tal duración determinada es perfecta cuando fuera de esta duración no hay ninguna duración que sea parte de la primera. Se llama también perfecto aquello que, bajo las relaciones del mérito y del bien, no es superado en un género particular. Se dice: un médico perfecto, un perfecto tocador de flauta, cuando no les falta ninguna de las cualidades propias de su arte.

Cuadro sinóptico comparando la problemática filosófica tratada por Platón y Aristóteles:

 

Bibliografía:
Carpio, Adolfo P. (1974). Principios de filosofía. Buenos Aires: Glauco https://www.e-torredebabel.com/diccionariofilosofico/vocabulariofilosofico-aristoteles.htm
Gianini, Humberto (coord). Historia de la filosofía antigua (1997). Calvo Martínez, Tomás. Sócrates. Madrid: Trotta

 

Marcelo J. Silvera
🌐@MarceloJSilvera


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