Critón, noción de vida en Aristóteles, ser y devenir | Introducción a la filosofía

Filósofo meditando
Pintura al aceite sobre tabla
1632, Rembrandt
Temática de la obra platónica Critón:

Critón es un diálogo corto pero que registra históricamente la integridad intelectual de Sócrates. En esta conversación entre el filósofo y su amigo Critón, quien está dispuesto a entregar su fortuna para sobornar a los carceleros y que lo dejen escapar. Hablan sobre la justicia (diké), la injusticia (adikia), y sobre la apropiada respuesta a la injusticia. Sócrates piensa que a la injusticia no se la debe responder con otra injusticia, y rehúsa la oferta de Critón. En el diálogo se vislumbra un primer discurso sobre la teoría del contrato social del gobierno. Sócrates desarrolla una argumentación en respuesta a lo expuesto por Critón, que se basa en sus profundas convicciones en cuanto a los principios éticos fundamentales y el respeto por las instituciones.

 

Antropología de Aristóteles - noción de vida y sus grados diversos.

Aristóteles sostiene que los seres vivos están compuestos por materia y forma (cuerpo y alma); a su vez define también al alma como acto, es forma y es acto. Todos los seres vivos tienen alma, aunque de distintos tipos (son distintas las funcionas biológicas):

a.      Alma vegetativa – propia de las plantas con funciones básicas (nutrición, crecimiento, reproducción).

b.      Alma sensitiva – propia de los animales, agregando a la anterior sensaciones y movimiento.

c.      Alma racional – propia del hombre, agregando a las 2 anteriores el conocimiento racional y la voluntad libre.

La observación de la vida cotidiana puede expresar estos tres grados, en los mundos vegetales, animales y humanos, una mirada biológica. En la que, a mi entender, no debe confundirse el concepto de alma que solemos darle actualmente (alma – espíritu – ente sobrenatural – figura espiritualista). Aristóteles le da concepción de alma a la esencia de cada ser, tal como en el ejemplo del resumen: la visión es el alma del ojo; lo cual no implica que la visión sea un ente espiritual que controla al órgano de la vista, sino que es su esencia, su acción propia. ¿Sería algo como “eso te hace ser vos, y no otro”?

3.  ¿Resulta evidente la primacía del ser sobre el devenir?
Personalmente no me resulta tan evidente, salvo que sea explicado de la forma que lo hace el artículo de su autoría. Se evidencia con los postulados y sus refutaciones. “La filosofía tradicional –afirma Réginald Garrigou-Lagrange– deriva completamente del principio de contradicción o de identidad y de la primacía del ser sobre el devenir. De un modo inicial e implícito, esta primacía se explica en el principio de identidad, y se explica de modo completo y definitivo, en la afirmación de la existencia de Dios, el Ser mismo, en quien solo la esencia y la existencia son idénticas”[1].

“El movimiento se demuestra andando” dijo alguien que acompañó el crecimiento de mi generación. ¿Qué es el movimiento? Aristóteles decía que las substancias estaban compuestas de potencia y acto. Todo ser es en acto, ya que la pura potencia no existe, lo es ya que es real y efectivamente. Pero también es en potencia, en cuanto puede ser o tiene la posibilidad de ser distinto. El cambio (el movimiento) es el paso de la potencia a acto. Además distinguía cuatro causas del movimiento: la causa formal; la causa material; la causa final; y la causa motriz. Para que se dé el movimiento es necesario que una substancia que ya esté en acto respecto del movimiento que va a generar actualice la potencia de una substancia que se halla precisamente en potencia de realizar ese cambio.

Se me hace fuerte esta frase en que Garrigou-Lagrange declara la verdad: “El sentido común es en estado rudimentario no una filosofía, sino la filosofía, pues la filosofía del ser opuesta a la del fenómeno y del devenir es la única verdadera, porque solo ella respeta el principio de identidad y rehúsa admitir la posibilidad del absurdo»[2]

Entonces, la primacía del ser por sobre el devenir está dado en el principio de identidad que es mantenido en todos los seres a pesar de los cambios y que se realiza con absoluta pureza en el Ser primero.




[1] Réginald Garrigou-Lagrange, «Le principe de contradiction et le problème des universaux», Revue Thomiste 44 (1938) 493.

[2] «Una única solución es posible, la de Platón y la de Aristóteles: el no-ser es, el indeterminado, la potencia que desde un punto de vista es y desde otro punto de vista no es. Es ésta la única conciliación de la experiencia, que ofrece la diversidad y el cambio, y de la razón que busca siempre lo uno y lo inmutable, del empirismo y del racionalismo». Ibíd., p. 81.


Marcelo J. Silvera
🌐@MarceloJSilvera


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