Substancia, accidentes, acto, potencia, cambio | Filosofía de la naturaleza

La Persistencia de la Memoria
1931, óleo sobre tela
Salvador Dalí

Substancia y accidentes:

Cuando hablamos de substancia nos referimos al sujeto, aquello que está “debajo de”, que tiene un ser independiente del cual se predican ciertos atributos. La substancia primera es el sujeto individual, es posible dividirla en cuanto a su relación con el ser, la naturaleza y los accidentes; y la substancia segunda los géneros y especies.
La substancia representa un modo de ser las cosas, posee características propias y esenciales. Son contingentes, pueden dejar de existir.
En la historia de la filosofía, la substancia se entiende inicialmente como algo de lo que se componen todas las cosas. Más tarde, buscando la base de todo lo existente, se empieza a enfocar la substancia como designación específica de Dios (escolástica) (VVAA, 1984).
Aristóteles llama ουσια a la substancia primera, al individuo, pero también lo nombra τοδε τι el “esto aquí” (Carpio, 2004). Aquí me pregunto, ¿Será el dasein de Heidegger? Este ente individual y concreto constituye el sujeto último de toda posible predicación, pues sólo puede ser sujeto y nunca predicado de un enunciado.
Recuerdo con estas distinciones algo coloquial, mundano, del aspecto folklórico: En Brasil, las comunidades descendientes de africanos, hablan de “materia” para nombrar al cuerpo (humano) que alberga al alma. Una materia es una substancia. Siempre me resultan interesantes estas coincidencias intelectuales entre culturas muy distantes y diferentes, como aquellas que se observan con mayas, incas, aztecas, y los pueblos orientales por ejemplo.
Todos los demás modos de ser -las diversas maneras de ser "en otro"- se los denomina accidentes. Los accidentes son nueve: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posición, acción y pasión.
Este Marcelo que escribe, por ejemplo, la substancia o ousía es este individuo llamado Marcelo; mide un metro sesenta y ocho (cantidad), es barbudo (cualidad), es el papá Ámbar, Catherine y Marilyn (relación), está en el escritorio de su casa en Villa María (lugar), esta mañana (tiempo), sentado (posición) y vestido (posesión o hábito), toma café y escribe (acción), o se asombra y piensa la respuesta a la cuestión dada (pasión).
Se exponen aquí 10 formas de ese ser, de ese Marcelo, a esas formas Aristóteles las llamó categorías.

Aristóteles y el binomio 'acto-potencia':

Uno de los principales problemas del pensamiento filosófico contemporáneo a Aristóteles fue la explicación del movimiento, ya que Parménides había determinado que era contradictorio (y por tanto descartable) el concepto de no-ser, por lo tanto se hacía imposible el pensar el movimiento (pasar del ser al no-ser). Pero en la reflexión aristotélica se incluyen elementos que dan un giro a esa cuestión: acto y potencia.
Aristóteles logra pensar conceptualmente el movimiento con estos dos conceptos, porque observa que el cambio consiste efectivamente en el pasaje del no-ser al ser, pero que no se trata ahora del no-ser y el ser absolutos, sino del ser en potencia y del ser en acto (del pasaje del no-ser en acto al ser en acto, o del ser en potencia al no-ser en potencia) (Carpio, 2004).
“Puesto que el ente tiene dos sentidos [en acto y en potencia], todo cambia del ser en potencia hacia el ser en acto” (Aristóteles). Explica así con el binomio acto-potencia al movimiento. El término "movimiento" tiene en Aristóteles sentido más amplio que en nuestro lenguaje y es sinónimo de cambio en general.
Sería así como que el ser Marcelo que está acá, en el escritorio intentando dar respuesta a estas consignas, no es el ser Marcelo que irá a la cocina por un té; pero en potencia sí, cuando se ponga de pie y vaya por el té, estará en el acto dejando de ser este aquí para ir hacia el no-ser allá, que será… un juego de palabras trabalingüístico que Aristóteles explica con el movimiento, como el tránsito considerado en sí mismo, no es ni el punto de inicio (que está en potencia) ni el término final (que es el acto), sino la mezcla de potencia que se va actualizando en el flujo mismo.
Potencia es la posibilidad, acto es la actualidad, para simplificar. En potencia podría ir por el té, o irme a dormir, o salir al patio; pero hasta que no realice la acción, cualquiera de ellas, no estaré en otro acto que no sea estar en este escritorio intentando responder. La potencia, pienso, es la esencia del ser humano, con sus múltiples posibilidades a cada instante ¿no somos un cúmulo de posibles posibilidades? ¿de acciones, movimientos, pensamientos, gestos, qué podríamos ser/hacer? Y aquí me pregunto cómo influye cada una de esas acciones al decidir realizarla, lo que nos lleva al cambio.

¿Qué es el cambio? ¿Cómo influyen acto y potencia en él? ¿Qué tipos de cambios son posibles en los cuerpos?

El cambio designa a cualquier tipo de variación. Pudiendo distinguir dos tipos de cambios: substanciales y accidentales. En el primer caso, una substancia desaparece y pasa a ser otra, como el grillo que mi gato acaba de atrapar y comerse (deja de ser grillo para ser alimento); en el segundo caso, la substancia mantiene su identidad, su esencia, pero modifica una característica, pienso en un camaleón que no deja de serlo por cambiar su color en ese instinto de adaptabilidad para sobrevivir.
El término “movimiento”, dijimos, en Aristóteles es sinónimo de cambio en general, y distingue los tipos de cambios:  
•    Substancial (generación y corrupción)
•    Accidental: cuantitativo (aumento y disminución)
•    Cualitativo (alteración)
•    Local (traslación)
Los cuales reducimos a dos tipos, como indicamos al inicio de este punto. Encontramos aquí la Teoría de las cuatro causas de Aristóteles, las mismas son: la formal, la material, la eficiente y la final.
La causa formal es la forma. La forma es causa de algo. La forma escritorio es causa de este escritorio que por ella no es cama, por ejemplo.
La causa material es la materia. En cuanto toda substancia sensible está constituida por materia, y materia significa potencia, y la potencia significa algo aún no realizado, y por tanto imperfecto, resultará que todas las cosas de este mundo son imperfectas, en mayor o menor medida, puesto que ninguna llega a adecuarse totalmente a la forma o acto (Carpio, 2004).
La causa eficiente es el motor o estímulo que desencadena el proceso de desarrollo. En tanto causa eficiente no se encuentra en el individuo de que se trate, sino en otro diferente. Causa eficiente de este escritorio será el diseñador que lo ideó, la forma “escritorio” que tiene en su espíritu el diseñador.
La causa final es la perfección a que la cosa tiende. La causa final opera como meta, por así decirlo, desde adelante, la causa eficiente opera, en cambio, “desde atrás”, y es relativamente exterior a la cosa en desarrollo.
Las cuatro causas se reducen a dos, forma y materia: la materia como substrato indeterminado, y la forma como principio de todas las determinaciones. El cambio es el paso de la potencia a acto. Por ello el cambio es ordenado, porque de una cosa no puede provenir cualquier otra sino sólo una de aquellas respecto de las cuales se halla en potencia. Para que se dé el movimiento (cambio) es necesario que una substancia que ya esté en acto respecto del movimiento que va a generar actualice la potencia de una substancia que se halla precisamente en potencia de realizar ese cambio (Larraguibel Diez, 2020).


Bibliografía:
(s.a.) (2020). Filosofía de la naturaleza, Módulo II. La Plata: UCALP
Aristóteles. (s.f.). Metafísica. Madrid: Gredos.
Carpio, A. P. (2004). Principios de filosofía (2 ed.). Buenos Aires: Glauco.
Larraguibel Diez, L. E. (2020). Unidad didáctica 2: La filosofía clásica. La Plata: UCALP.
VVAA. (1984). Diccionario de filosofía. (O. Razinkov, Trad.) Moscú: Progreso.


Marcelo J. Silvera
🌐@MarceloJSilvera

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